Nuestro XXVIII Encuentro Nacional de Hermandades i Cofradías de Semana Santa de la ciudad de Alzira ha contado con una palabra sencilla a la vez que profunda, que ha iluminado nuestro corazón y ha fortalecido nuestra alma de creyentes.
En primer lugar hemos escuchado a través del Vicario Episcopal de Caridad de la Archidiócesis de Valencia Don José Mª Taberner la importancia de la unión entre la caridad con el prójimo y la cofradía.
A través de la historia de la Archicofradía de Nuestra Señora de los Desamparados, nacida en Valencia en el siglo XV, hemos descubierto que en nuestros mejores orígenes cofrades, está el Amor de Cristo infundiendo la compasión con los más necesitados.
Hoy somos los samaritanos que debemos pararnos al borde del camino y atender a tantos pobres como podamos. Hoy somos los brazos, hombros y manos de Cristo, para un ser humano que sufre muchas pobrezas y dolores.
Un “hoy” que se expresa de una manera concreta, a través de unos medios de comunicación completamente útiles para transmitir fresco el mensaje de un Dios de siempre.
Don Juan Carlos Ramos nos ha motivado a ser pioneros en la comunicación y expresión. Somos hijos de un tiempo concreto y tenemos en nuestras manos muchos medios de siempre (procesiones, imágenes etc.) y actuales (internet, televisión, radio, grupos en el ciberespacio) para convocar y hacer presente que somos muchos los creyentes.
Sus palabras nos motivan a no callar por sentirnos una minoría, a no tener miedos arrastrados por la mayoría.
En la tarde de viernes, dos mesas redondas nos han acercado el Misterio de la Pasión de Cristo a través de la ciencia que estudia la Sábana Santa y la historia que nutre la tradición y la fuerza de la Eucaristía a través del Santo Cáliz venerado en la catedral de Valencia.
La Sábana Santa del Dr. Roberto Montalvá y el Santo Cáliz con el historiador y teólogo Don Miguel Navarro.
Ciencia e Historia que dominan la Fe en ese Jesús entregado, crucificado y resucitado.
Hemos sentido cercana la presencia de Nuestros Pastores, los sucesores de los discípulos ,los obispos a través del Señor Cardenal Arzobispo de Valencia Don Antonio Cañizares.
Su palabra ha sido una mezcla de ánimo y gozo por nuestro Encuentro Cofrade.
Ha repasado en nuestra mente lo esencial de Pasión de Cristo, ha profundizado en toda la misericordia que expresa al hombre de hoy las celebraciones de la Semana Santa y nos ha invitado a colocar al Señor de la Entrega y el Amor, en el centro de todas nuestras decisiones, actos, programas y celebraciones litúrgicas.
La Iglesia es una familia donde cofrades, parroquias, comunidades religiosas, debemos vivir la unidad de un sólo Señor en una misma fe.
Como broche final a la palabra recibida una doble ponencia nos ha hecho vibrar y sentirnos llenos de confianza filial en Dios Padre Todo Poderoso.
A través de un sencillo video proyectado Don Juan Manuel Cotelo, nos ha explicado muy claramente como somos protagonistas con Jesús de una historia, que es la vida, que con Dios, es la mejor película que podemos encontrarnos delante de nuestros ojos del corazón.
Su palabra de hombre creyente, de padre de familia, nos ha convocado para dejar a Dios que entre en nosotros, nos invada, actúe como buen actor y nos permita ser felices en el papel, en el guión que a cada uno nos ha permitido el Padre vivir.
A continuación ha sido la presencia y la palabra de Don Raúl Eguía, quien ha provocado el silencio meditativo más profundo en los participantes. Su testimonio de vida y conversión ha calado en el corazón y nos ha abierto los ojos para reconocer que la historia de Dios es sencillamente verdad. Una verdad que cambia la vida aunque ésta sufra el desorden más profundo.
A través de la oración de encomendarse a la Madre María, de los sacramentos, de la humildad, encontramos la fuerza para la conversión y acercarnos al Amor de Dios que es el único que sacia la sed de felicidad del ser humano.
Hemos concluido el Encuentro Nacional con la verdadera Palabra de Salvación, la Palabra de Dios en la Eucaristía.
El Apóstol Santiago nos habla de las pasiones que nos pueden llevar al desorden y Cristo se ofrece en su Pasión, como el maestro y motor del servicio.
Como los niños, sin pretensiones, con sencillez, es como podemos engancharnos a la verdadera pasión por la vida y por la nueva vida en Cristo que nos regala la Fe.